El rehabilitado Batán de Villava, hoy un Centro de Información del Parque Fluvial, en el siglo XII fue un molino harinero construido por los monjes de Roncesvalles y, desde mediados del XIX, se destinó a la fabricación de pasta de papel a partir de tejidos usados y, más tarde, de madera de pino.
Ubicado en la muga entre la Cuenca de Pamplona y los valles prepirenaicos, el Centro tiene hoy un indudable interés histórico y paisajístico. El salto de agua que describe el Ultzama antes de unirse al río Arga, el puente medieval de seis arcos que salva el río, la basílica de origen románico de la Trinidad y el actual albergue de peregrinos del Camino de Santiago, junto a los paseos por los puentes de Iroitz, Sorauren y Ardoi son algunos de los atractivos que ofrece el entorno.
Además, quienes visiten el lugar podrán conocer una réplica de un batán funcional, con la que acercarse un poco más a la historia del abatanado tradicional, el proceso de elaboración artesanal de papel, o la historia del edificio en un audiovisual. También podrán disfrutar de la exposición permanente El Regalo del Río que presenta el Parque y visualizar toda su extensión a través de maquetas.